Hablar de Juan Manuel Fangio es encontrarse con la historia de uno de los mejores pilotos dentro del mundo de la competición. Con victorias impresionantes obtenidas con marcas distintas, lo que convirtió a Fangio en el mejor piloto de su época.
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Este 2011 se conmemora el centenario del nacimiento de Juan Manuel Fangio. Para el que los números hablan por sí mismos, con cinco campeonatos del mundo en los inicios de la super-categoria de F1 durante nueve temporadas, 24 victorias en 51 carreras, 29 pole-positions, 23 vueltas rápidas en carrera y 245 puntos conseguidos en el mundial de F1.
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Juan Manuel Fangio nació el 24 de junio de 1911 en Balcarce, Argentina, en el seno de una familia humilde de inmigrantes italianos. Desde su juventud y tras terminar el servicio militar, trabajó como mecánico, mezclando esta vocación con su otra gran pasión, el fútbol.
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Fangio se inició en el mundo de las carreras en su país natal. Pero en la primera prueba en la que participó fue conduciendo un taxi de la marca Ford. Sin embargo en 1940 ganó el Gran Premio del Norte, una dura carrera de casi 10.000 km. Un viaje de ida y vuelta entre Buenos Aires, Argentina, y Lima (Perú), con etapas en Los Andes. Realizada en aproximadamente dos semanas que duraba la carrera, por caminos infernales, sin asistencia mecánica de ninguna clase, donde piloto y copiloto debían arreglar sus problemas al final de cada etapa con lo que llevaran en el auto.
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Juan Manuel Fangio se proclamó Campeón Nacional Argentino en las temporadas 1940 y 1941. A Fangio le hubiera gustado entonces viajar a Europa para competir, pero el inicio de la II Guerra Mundial frustró sus planes. La oportunidad de dar el salto a la competición en el viejo continente se produjo en 1947, gracias al apoyo económico del gobierno del General Perón.
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No fue hasta 1949, poco antes de cumplir 38 años, cuando empezó a despuntar en el circuito europeo, lo que lo llevo a ser piloto oficial en la escudería Alfa Romeo en 1950. Su compañero de escudería fue el gran Nino Farina, que se proclamó campeón del mundo de la recién estrenada F1 en su primer año.
Fangio fue segundo, ganando los grandes premios de Mónaco, Bélgica y Francia. Nino Farina ganó otros tres, pero puntuó en otros donde Fangio no pudo terminar. Al final Farina ganó el mundial por tres puntos sobre Fangio con igual número de podios, aunque Fangio obtuvo cuatro pole-position frente a dos de su compañero. El equipo Alfa Romeo dominó de forma aplastante la edición de 1950, ganando seis de las siete carreras.
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Asi, el primer mundial para Fangio llegó en 1951, cuando contaba con 40 años de edad. La temporada de 1951 fue un duelo entre coches italianos los de Ferrari y Alfa Romeo, los cuales estaban conducidos por pilotos argentinos Fangio y José Froilán González, e italianos: Giuseppe Farina y Alberto Ascari. Fangio consiguió el título a los mandos de un Alfa Romeo, con tres victorias y 5 podios.
En la temporada de 1952, Juan Manuel Fangio sufrió un accidente en el circuito italiano de Monza, que le alejó temporalmente de la competición, un año en blanco para el gran campeón argentino. Este año fue Ferrari, con Piero Taruffi que ganó la primera carrera y Alberto Ascari, que ganó otras seis, el dominador absoluto del mundial.
Para 1953 Fangio estaba repuesto del accidente, volviendo a los circuitos en la temporada, que fue ganada por Alberto Ascari a los mandos de un Ferrari. Fangio terminó segundo pilotando un Maserati. Curiosamente, Alberto Ascari ganó el Gran Premio de Argentina, primero de la temporada, y Fangio el Gran Premio de Italia, último de ese año.
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Sin embargo, durante 1954 Juan Manuel (alias “El Chueco”), fue profeta en su tierra al ganar el Gran Premio de Argentina. También en esta temporada se proclamó campeón del mundo conduciendo dos coches distintos. Con Maserati, además del gran premio de su país natal, ganó también el Gran Premio de Bélgica. Con Mercedes, ganó los grandes premios de Francia, Alemania, Suiza e Italia.
Durante la temporada de 1955, el dominio de Fangio y la escudería Mercedes fueron aplastantes. De las siete carreras, Mercedes ganó cinco, cuatro fueron para el argentino y la otra de su compañero Stirling Moss. Fangio se coronó campeón del mundo doblando casi en puntos al “eterno segundo” británico. Este fue el año del trágico accidente de Le Mans, donde Fangio se salvó milagrosamente de estar involucrado en la tragedia.
En 1956, Juan Manuel Fangio se proclamaba por cuarta vez y tercera consecutiva, campeón del mundo de la super-categoria F1, esta vez a los mandos de un Ferrari. Ganó los grandes premios de Argentina, Reino Unido y Alemania. Stirling Moss volvió a quedar segundo, pilotando un Maserati. En tercer lugar quedó, el también británico, Peter Collins, compañero de escudería de Fangio.
La temporada de 1957 supuso la vuelta a Maserati de Fangio y su quinta corona mundial. Ganó cuatro carreras: Argentina, Mónaco, Francia y Alemania, quedando segundo nuevamente Stirling Moss, a los mandos de un Vanwall. Con lo que el 4 de agosto de 1957 Fangio conseguía su quinto mundial, el cuarto consecutivo, sobre un Maserati 250 F. Esta carrera se considera la masss importante de su vida deportiva. Tras un problema en boxes, tuvo que recuperar posiciones conduciendo de manera magistral, adelantando en la última vuelta a los dos pilotos de Ferrari, Mike Hawthorn y Peter Collins. Al concluirla, el propio Juan Manuel confesó haber pilotado “en estado de gracia“.
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De su relación con la firma del tridente, Fangio pronunció unas palabras que han pasado a la historia, de la marca y del mundo de la competición en general:
“He corrido y he vencido con autos de todas las marcas, pero siempre he tenido una relación muy especial con Maserati. No sólo eran autos fiables, seguros y de vanguardia, también mantenía una relación de amistad y se generaba una atmósfera especial entre la marca y yo. Me sentía como en casa”.
El piloto argentino se retiró oficialmente de la F1 en 1957, tras ganar carreras en otras modalidades, Fangio se retiró definitivamente en 1958. Sin embargo “El Chueco”, a lo largo de su vida deportiva, gano muchas masss carreras, quedando aquí solo aquellas que le permitieron conquistar los cinco campeonatos del mundo de la F1.
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Un gran hombre y un gran campeón que nunca perdió su pasión por los autos y la velocidad, que siguió participando de manera externa o simbólica en muchos eventos del automovilismo. Pero sobre todo un excelente ser humano, que nunca busco protagonismos indebidos, siempre pensando en su pasión solamente como su mayor diversión. Como expreso en su momento el escritor francés Paul Brulat: “Basta un instante para hacer un héroe y una vida entera para hacer un hombre de bien“. Fangio tuvo muchos momentos heroicos y una vida entera como ejemplo a seguir. Una de sus frases clásicas “Siempre hay que tratar de ser el mejor, pero nunca creerse el mejor”.
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Este 2011 se conmemora el centenario del nacimiento de Juan Manuel Fangio. Para el que los números hablan por sí mismos, con cinco campeonatos del mundo en los inicios de la super-categoria de F1 durante nueve temporadas, 24 victorias en 51 carreras, 29 pole-positions, 23 vueltas rápidas en carrera y 245 puntos conseguidos en el mundial de F1.
Juan Manuel Fangio nació el 24 de junio de 1911 en Balcarce, Argentina, en el seno de una familia humilde de inmigrantes italianos. Desde su juventud y tras terminar el servicio militar, trabajó como mecánico, mezclando esta vocación con su otra gran pasión, el fútbol.
Fangio se inició en el mundo de las carreras en su país natal. Pero en la primera prueba en la que participó fue conduciendo un taxi de la marca Ford. Sin embargo en 1940 ganó el Gran Premio del Norte, una dura carrera de casi 10.000 km. Un viaje de ida y vuelta entre Buenos Aires, Argentina, y Lima (Perú), con etapas en Los Andes. Realizada en aproximadamente dos semanas que duraba la carrera, por caminos infernales, sin asistencia mecánica de ninguna clase, donde piloto y copiloto debían arreglar sus problemas al final de cada etapa con lo que llevaran en el auto.
Juan Manuel Fangio se proclamó Campeón Nacional Argentino en las temporadas 1940 y 1941. A Fangio le hubiera gustado entonces viajar a Europa para competir, pero el inicio de la II Guerra Mundial frustró sus planes. La oportunidad de dar el salto a la competición en el viejo continente se produjo en 1947, gracias al apoyo económico del gobierno del General Perón.
No fue hasta 1949, poco antes de cumplir 38 años, cuando empezó a despuntar en el circuito europeo, lo que lo llevo a ser piloto oficial en la escudería Alfa Romeo en 1950. Su compañero de escudería fue el gran Nino Farina, que se proclamó campeón del mundo de la recién estrenada F1 en su primer año.
Fangio fue segundo, ganando los grandes premios de Mónaco, Bélgica y Francia. Nino Farina ganó otros tres, pero puntuó en otros donde Fangio no pudo terminar. Al final Farina ganó el mundial por tres puntos sobre Fangio con igual número de podios, aunque Fangio obtuvo cuatro pole-position frente a dos de su compañero. El equipo Alfa Romeo dominó de forma aplastante la edición de 1950, ganando seis de las siete carreras.
Asi, el primer mundial para Fangio llegó en 1951, cuando contaba con 40 años de edad. La temporada de 1951 fue un duelo entre coches italianos los de Ferrari y Alfa Romeo, los cuales estaban conducidos por pilotos argentinos Fangio y José Froilán González, e italianos: Giuseppe Farina y Alberto Ascari. Fangio consiguió el título a los mandos de un Alfa Romeo, con tres victorias y 5 podios.
En la temporada de 1952, Juan Manuel Fangio sufrió un accidente en el circuito italiano de Monza, que le alejó temporalmente de la competición, un año en blanco para el gran campeón argentino. Este año fue Ferrari, con Piero Taruffi que ganó la primera carrera y Alberto Ascari, que ganó otras seis, el dominador absoluto del mundial.
Para 1953 Fangio estaba repuesto del accidente, volviendo a los circuitos en la temporada, que fue ganada por Alberto Ascari a los mandos de un Ferrari. Fangio terminó segundo pilotando un Maserati. Curiosamente, Alberto Ascari ganó el Gran Premio de Argentina, primero de la temporada, y Fangio el Gran Premio de Italia, último de ese año.
Sin embargo, durante 1954 Juan Manuel (alias “El Chueco”), fue profeta en su tierra al ganar el Gran Premio de Argentina. También en esta temporada se proclamó campeón del mundo conduciendo dos coches distintos. Con Maserati, además del gran premio de su país natal, ganó también el Gran Premio de Bélgica. Con Mercedes, ganó los grandes premios de Francia, Alemania, Suiza e Italia.
Durante la temporada de 1955, el dominio de Fangio y la escudería Mercedes fueron aplastantes. De las siete carreras, Mercedes ganó cinco, cuatro fueron para el argentino y la otra de su compañero Stirling Moss. Fangio se coronó campeón del mundo doblando casi en puntos al “eterno segundo” británico. Este fue el año del trágico accidente de Le Mans, donde Fangio se salvó milagrosamente de estar involucrado en la tragedia.
En 1956, Juan Manuel Fangio se proclamaba por cuarta vez y tercera consecutiva, campeón del mundo de la super-categoria F1, esta vez a los mandos de un Ferrari. Ganó los grandes premios de Argentina, Reino Unido y Alemania. Stirling Moss volvió a quedar segundo, pilotando un Maserati. En tercer lugar quedó, el también británico, Peter Collins, compañero de escudería de Fangio.
La temporada de 1957 supuso la vuelta a Maserati de Fangio y su quinta corona mundial. Ganó cuatro carreras: Argentina, Mónaco, Francia y Alemania, quedando segundo nuevamente Stirling Moss, a los mandos de un Vanwall. Con lo que el 4 de agosto de 1957 Fangio conseguía su quinto mundial, el cuarto consecutivo, sobre un Maserati 250 F. Esta carrera se considera la masss importante de su vida deportiva. Tras un problema en boxes, tuvo que recuperar posiciones conduciendo de manera magistral, adelantando en la última vuelta a los dos pilotos de Ferrari, Mike Hawthorn y Peter Collins. Al concluirla, el propio Juan Manuel confesó haber pilotado “en estado de gracia“.
De su relación con la firma del tridente, Fangio pronunció unas palabras que han pasado a la historia, de la marca y del mundo de la competición en general:
“He corrido y he vencido con autos de todas las marcas, pero siempre he tenido una relación muy especial con Maserati. No sólo eran autos fiables, seguros y de vanguardia, también mantenía una relación de amistad y se generaba una atmósfera especial entre la marca y yo. Me sentía como en casa”.
El piloto argentino se retiró oficialmente de la F1 en 1957, tras ganar carreras en otras modalidades, Fangio se retiró definitivamente en 1958. Sin embargo “El Chueco”, a lo largo de su vida deportiva, gano muchas masss carreras, quedando aquí solo aquellas que le permitieron conquistar los cinco campeonatos del mundo de la F1.
Un gran hombre y un gran campeón que nunca perdió su pasión por los autos y la velocidad, que siguió participando de manera externa o simbólica en muchos eventos del automovilismo. Pero sobre todo un excelente ser humano, que nunca busco protagonismos indebidos, siempre pensando en su pasión solamente como su mayor diversión. Como expreso en su momento el escritor francés Paul Brulat: “Basta un instante para hacer un héroe y una vida entera para hacer un hombre de bien“. Fangio tuvo muchos momentos heroicos y una vida entera como ejemplo a seguir. Una de sus frases clásicas “Siempre hay que tratar de ser el mejor, pero nunca creerse el mejor”.
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